Siete enseñanzas de vida (y coaching) que me dieron mis perritos
Entre caricias, paseos y ladridos, mis perros me enseñan cada día a ser mejor coach y mejor persona
Árbol en flor:
qué árbol es, no lo sé,
pero ¡cuánta fragancia!Matsuo Bashō
Las cosas pueden ser simples y complejas a la vez. Por ejemplo, solemos pensar que los perros son criaturas de poco rebusque, que con comer, jugar, recibir cariño y tener un hogar donde dormir, ya están bien. Eso es cierto. Pero también es verdad que cada perrito tiene su personalidad, sus preferencias, sus gustos, sus temores, su manera de vincularse, y su propia expresividad. Como los haikus, los perros son bellos, simples y complejos a la vez.
Hice mi formación de coaching en una escuela especializada, pero debo admitir que, de lo que sé de coaching, hay mucho que me enseñaron mis perritos. En el acto de aprender a convivir, en las pequeñas rutinas del día a día y sin darme cuenta a veces realmente, soy una eterna aprendiz de mis dos bolitas peludas de cuatro patas.

Te comparto algunas de las cosas que me enseñaron Telma y Fidel, para poner en práctica en el coaching y en la vida.
El cuerpo tiene mucho para decirnos
Lo primero que me pasó cuando adopté a Telma fue querer hablarle para comunicarme con ella (raro, pero real 🤷🏻♀️). Aunque los perritos van aprendiendo palabras y frases a medida que se las enseñamos, rápidamente me di cuenta de que, en realidad, tenía que activar otros sentidos, más dormidos, para percibir señales de parte de ella.
Esta experiencia me hizo reflexionar sobre hasta qué punto en las interacciones con otras personas estamos tan concentrados en lo que decimos. Pero la realidad es que la mayor parte de lo que comunicamos lo hacemos de forma no verbal: a través de inflexiones de la voz, gestos, posturas corporales, expresiones faciales… y los perritos, a su manera, también.
En coaching nos enseñan a hacer lo mismo, a bucear entre las palabras para leer entre líneas y encontrar cómo el cuerpo expresa emociones y sensaciones que el dominio de la mente, de lo verbal, algunas veces no puede o no se anima a decir. Integrando esto en el diálogo, podemos llegar a tener conversaciones mucho más interesantes que las que plantean las palabras solamente.
Respetar los tiempos y los procesos de cada uno
Cuando les enseñé a mis perritos a tener paciencia antes de recibir un premio, cada uno tuvo reacciones distintas. Telma mostró menos resistencia y aprendió más rápido. En cambio, como Fidel es más obstinado y le gusta hacer las cosas a su manera, tardó un poco más, pero una vez que aprendió, le quedó fijo el conocimiento. Telma necesita más repeticiones a lo largo del tiempo para eso. Cada cual tiene su propia manera de atravesar situaciones desafiantes.
Como coach, también es importante poner en práctica el no juicio a la hora de acompañar procesos. Entender que cada persona tiene tiempos y procesos únicos y personales es fundamental para ejercer la no violencia en el proceso de coaching.
Esos tiempos y formas son sagrados, no deberíamos intervenir más que desde el acompañamiento amoroso y respetuoso. Un buen coach acompaña a elaborar y cumplir objetivos, pero entiende que ✨la magia sucede en el proceso✨. No importa cuán sinuoso sea el camino si en su recorrido vamos volviéndonos personas más completas.
Aceptar que cada uno tiene su propia forma de interpretar las cosas
Vinculado a lo anterior, no vemos las cosas de la misma manera que los perritos, ni percibimos la realidad igual que ellos. Eso es fácil de comprender, y por eso nos esforzamos tanto en aprender su manera de expresarse.
Pero lo mismo podemos decir de las personas, y esto lo perdemos de vista más seguido. A veces, pensamos que entendemos a la perfección la situación por la que está pasando otra persona, e incluso creemos que sabemos cómo podría solucionar sus problemas. Pero practicar la escucha activa y el no juicio nos enseña que nada está más lejos de la realidad: cada uno de nosotros tiene su mapa interpretativo, y solamente uno mismo puede dar una respuesta satisfactoria a los desafíos que le propone la vida en consonancia con su forma de comprender las cosas.
Por eso, el coaching se trata mucho más de acompañar a descubrir todo eso que de aconsejar o mostrar el camino. Lo mismo pasa en focusing, donde el acompañamiento se hace siempre en función de lo que la persona trae desde su felt sense. Aunque bien intencionada, cualquier intromisión o especulación puede sentirse violenta.
En las conversaciones importantes, a veces lo mejor que se puede hacer para acompañar y que el otro se sienta comprendido, es simplemente escuchar.
Encarar con actitud serena el vínculo con el otro
Apenas adopté a Telma, quería enseñarle a no morder al jugar con personas. Como veía que me costaba hacerle entender lo que quería de ella, me ponía nerviosa y me daba ansiedad darme cuenta de que insistía en ese comportamiento, que además de peligroso para mí, puede serlo para los demás.
En ocasiones, le ponía límites de manera insistente, enfadada, dejándome llevar por la emoción del momento. En uno de esos intentos, la noté tan frustrada que agarró uno de sus juguetes y lo empezó a morder y sacudir con violencia. Claramente, a su propia manera, me estaba diciendo “Así conmigo, no”.
En ese momento, me di cuenta de que ella estaba espejando la forma en que yo me sentía (frustrada, incomprendida), y por primera vez experimenté la profundidad de la empatía que tiene un perro con su cuidador, al punto de mimetizarse emocionalmente.
Algo similar puede pasar en una conversación con una persona querida o en una conversación de coaching: cuando nos vinculamos con el otro, se crea algo nuevo, un campo de energía que es la suma de las partes, en donde nos influenciamos mutuamente. ¿Alguna vez has sentido que luego de verte con alguien quedas más acelerado, más triste, más optimista…?
Por este motivo, antes de tener cualquier conversación importante o sensible, es una buena idea tomar algunas respiraciones, reconectar con la calma y serenarnos. Solo de esta forma vamos a poder estar realmente disponibles para no centrarnos solamente en nosotros mismos y percibir al otro en su totalidad (sus palabras, sus emociones, su presencia completa), y así sacar más provecho de la conexión que creemos en esa ocasión.
La fe en la capacidad del otro
Como mencionaba arriba, hubo veces en que necesité repetirles tantas veces algo a mis perritos, que perdí la paciencia y me di por vencida. ¡Pero eso habla más de mí que de ellos!
Para ser coach, es importante creer firmemente que las personas somos puro potencial, y ponerlo en práctica. Si conoces lo que es el “Efecto Pigmalión”, sabrás lo importante que es esto.
En resumen: en un estudio en 1968, Rosenthal y Jacobson hicieron creer a los profesores de una escuela primaria que algunos alumnos (elegidos al azar) tenían un gran potencial intelectual y que probablemente mostrarían un desempeño mejor al resto. Con el tiempo, esos alumnos efectivamente mostraron mejores resultados académicos, lo que sugiere que las expectativas de los profesores influyeron en su desarrollo: la confianza en el otro tiene una influencia sobre su confianza en sí mismo y su capacidad de mejorar.
Por lo contrario, si nos mostramos impacientes o frustrados (como me pasó a mí con mis perritos) lo que hacemos es enviar el mensaje de que, en realidad, creemos que el otro no está a la altura o que no es capaz. Esto puede lograr que, justamente, lo acompañemos de manera inadecuada, nos demos por vencidos antes de tiempo y en efecto, no seamos buenos acompañantes para que consiga lo que se propone mejorar.
La perseverancia y la confianza en el otro son atributos súper importantes para poner en práctica conviviendo con perritos. Y en los procesos de acompañamiento, también.
La experiencia como el mejor camino para el aprendizaje
Una de las cosas que más me gusta y me desafía del coaching es que no se trata de pensar y repensar las cosas mil veces (algo que mi mente ama hacer), sino de bajar las ideas a la realidad, poner manos a la obra y lograr cambios concretos. Para esto los perritos son excelentes maestros.
A Telma y Fidel no puedo explicarles escenarios hipotéticos ni cómo hacer las cosas antes de, por ejemplo, soltarlos en un parque. Tengo que dejarlos experimentar en lugares lo suficientemente seguros como para que ellos puedan disfrutar y aprender qué comer (o qué no 💩), por ejemplo, y confiar en que todo va a ir bien.
Animarnos a probar, experimentar y mejorar en función de lo que aprendemos es también un acto de confianza, y es la mejor forma de conseguir cambios positivos y concretos.

Encarar lo nuevo con entusiasmo
Cuando saco a Telma y Fidel a pasear por algún parque nuevo, se ponen súper contentos. Quieren explorarlo todo, olerlo todo, conocer a todas las personas y perros que se nos cruzan, e incluso dejar su marca a donde vayan.
Los animales no tienen ideas ni prejuicios sobre las cosas, no categorizan ni fragmentan, simplemente viven plenamente el momento presente. Por eso mismo, creo que tienen una capacidad de disfrute admirable.
Como coach, también me interesa tener esta actitud en mis sesiones, en donde me gusta ofrecer apoyo y acompañar al coachee a explorar posibilidades, a pensar creativamente ideas de mejora y a formular planes de acción, para que se anime a dar el primer paso hacia sus objetivos con alegría. Así, irá sintiendo en la experiencia de ir elaborando lo que se propone el entusiasmo y la motivación para construir la vida que desea tener.
Estas son algunas de las cosas que mis perritos me enseñaron para ser mejor coach y persona. ¡La verdad, se me hace difícil cerrar la lista! Me puse a escribir y me di cuenta de que aprendí mucho más de ellos de lo que me imaginaba.
Si tienes mascotas, ¿te gustaría compartirme lo que te han enseñado? Yo creo que los animales son increíbles compañeros, pero sobre todo, grandes maestros. 💖
¡Hasta la próxima!
Abrazo de conejo (y de perrito), 🐰🐶
Viki
Telma y Fidel <3
Que lindo, Vick! Nunca se me había ocurrido pensar que se puede aprender de la relación con animales, que al final del día es otro vinculo importante más..!
De Frida aprendi la real autenticidad.. Con el deseo, esencia.
Como buen gato, no hay cabida para caretear ni ser menos. Si toca siesta, toca siesta 💅 La locura de las 03am? Se vive intensamente 🙃 y asi..
Hermoso escrito!
Los mejores maestros.